"Mi primer trago fue cuando tenía 14 años. Fui a la cárcel 3 veces cuando tenía 21 años. Fui internado mentalmente 4 veces porque quería suicidarme o matar a otra persona. Sin embargo, la sensación que tengo cuando el tercer trago golpea mi garganta, sé que está en "juego", algo sucede que se conecta entre mi cabeza y mi pecho y sé que puedo descansar tranquilo. Ya no tengo que tener miedo. Y es por ese sentimiento, que no dejaba de beber. Hasta que un día, esa sensación de no tener miedo, se fue. El alcohol dejó de funcionar."

"Fue amor al principio Puff. Fumé un Juul en una fiesta. Al día siguiente en la escuela, busqué a mi amigo porque quería pegarle de nuevo. Después de eso, se convertiría en 3-4 veces al día. Un año después, estoy administrando mi día y me aseguro de tener diez minutos entre los cuales puedo ir a mi auto a fumar y regresar al trabajo para que mi jefe no me vea."

"Yo era la chica nueva y le agradaba a todo el mundo y luego, un día, esta chica, Hilary, me dijo que no podíamos ser amigas. Después de eso, me llamaron "Perro" todos los días. Me ladrarían y aullarían. A veces, los niños se acercaban a mi lado y luego se ponían a cuatro patas y decían: "Así que así es como es vivir tan cerca del suelo". Iba a casa llorando todos los días. Los profesores y mis padres nunca hicieron nada. Simplemente te acostumbras después de un tiempo. Empiezas a comer solo, finges estar enfermo, pides que te cambien de asiento para poder sentarte en la parte de atrás de la clase y ser el primero en salir primero. Debes ser más inteligente que ellos, más inteligente que todos."